Nota Editorial

Afrocubanas. La Revista No. 1

“I can’t breath”, “no puedo respirar”, decía George Floyd mientras dejaba de existir a manos de la violencia policial racista estadounidense.

Podemos extrapolar esa frase “no puedo respirar” a todos los sistemas que [nos] oprimen. El asedio cotidiano que impide la libre circulación de algunos cuerpos por el espacio público, como dos lesbianas que se dan las manos en la calle. El sistema de género que impone una carga excesiva de trabajo doméstico para las mujeres, asfixiándolas, y colocando ese trabajo de cuidado que debería ser colectivo, como “un acto de sacrificio y amor” de las mujeres. El sistema llamado monogamia, que impone un control de la sexualidad, del cuerpo y del deseo del otro y vende ese “acuerdo” de exclusividad sexual como un acto de amor. Nadie está obligado a vivir relaciones no monogámicas, pero que no se nos venda más como amor lo que es una imposición social. No escapa a esta lógica el sistema capitalista y especista que convierte al agua en propiedad privada, a los árboles en madera para gente rica que puede pagar por ella.

Todos estos sistemas masacran vidas todos los días.

Con Geni Núñez, guaraní, activista en el movimiento indígena, aprendimos del gran narcicismo que hay en la frase: “Salvemos la Amazonia”; un narcicismo que no nos deja percibir que estamos aquí, respirando, gracias a que inspiramos oxígeno del medio ambiente y devolvemos dióxido de carbono. O sea, el ecosistema frente al que nos situamos, a veces, como salvadores o como apropiadores, ya antes nos salvó a nosotres.

No es ninguna heroicidad cuidar de aquello que en principio nos permite mantenernos aquí, respirando, existiendo.

Que podamos respirar, que podamos existir, que nuestra vida se multiplique y se expanda en su diversidad, en la conexión con otras vidas, con otras especies no humanas, con la naturaleza. Que podamos tejer lazos de afecto con nosotres y otres humanos y no humanos. Que podamos construir nuestra autonomía a través de una interdependencia que no suponga jerarquías. Que podamos ir más allá de cualquier destino fijado por la “biología” o por la ideología cis-hetero-patriarcal, pudiendo (re)diseñar nuestro propio camino tanto cuanto queramos. Que podamos respirar, ¿vamos juntes? Con deseos de que estos escritos sean un soplo de vida y alegría, les dejamos con otro número de Afrocubanas. La Revista.

Equipo de Redacción.

Planeta Tierra, octubre de 2020.

Foto: Teddy Tavan


En este número aparecen los siguientes artículos:

Conciencia negra para feministas blancas por Marília Moschkovich.

La maldita circunstancia del pelo afro por Sandra Abd´Allah-Alvarez Ramírez.

Notas para una psicología crítica por Yarlenis Mestre Malfrán.

Protector solar contra el racismo por Alina Herrera Fuentes.

Sal de Las Marianas por Elena Martínez Rodríguez.

Cambiar un grillete por otro: validación de estereotipos dentro de la comunidad afrodescendiente cubana por Milagros Álvarez Leliebre.

Nación cubana, negritud e hispanidad por Ulises Padrón Suárez.


Descargar Afrocubanas. La Revista No. 1

Versión ligera (461 KB)

Versión pesada (721 KB)


Afrocubanas. La Revista
No. 1, Octubre 2020

Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autorxs y no necesariamente reflejan los puntos de vista de  Afrocubanas. La Revista o de las editoras.

Print Friendly, PDF & Email