El racismo es un hueso tan duro de roer que se reproduce constantemente y bajo cualquier circunstancia. Las prácticas racistas también se modernizan y acompañan a la tecnología. Además de los chistes tradicionalmente opresores, ahora nos tropezamos en redes con memes con un alto contenido de racismo: visual, estético y explícito.
La exageración de nuestros caracteres como personas negras, la adulteración de nuestra presencia en las redes como personas negras y la deshumanización de nuestros atributos, tales como peinados, prendas o accesorios, que además pertenecen a nuestra historia y cultura negras, es racismo.
Lo que fuera el teatro bufo o vernáculo se ha reconvertido en los memes favoritos de las redes. Generalmente la pobreza, la ignorancia, la fealdad, lo ridículo vienen acompañados de una persona negra o afrodescendiente.
No me cansaré de decirlo, el humor puede llegar a ser ese espacio de opresión que todos validamos mediante la risa, pero donde (casi) siempre un grupo poblacional resulta humillado, descalificado.
En el actual contexto de pandemia se tiende a asociar lo negro con lo negativo, la muerte, el contagio, el virus, la enfermedad. Esta sistematización de imágenes perpetúa los estereotipos sobre nuestra negritud, nos deshumaniza, nos cosifica. Asimismo, aplaudir este tipo de “humor”, además de perpetuar el racismo, lo legitima.
Texto reeditado por la autora de “Racismo con coronavirus”, publicado por Afroféminas.
Foto: Nicholas Swatz
