Las desigualdades de género son reales y mensurables en las sociedades actuales. Existen distintos roles sociales asignados a mujeres y hombres y estructuras que intentan preservar este rígido binarismo. ¿Pero siempre ha sido así? En el libro La invención de las mujeres, la socióloga nigeriana Oyèrónké Oyewùmí sostiene que, antes de la colonización, no existía una jerarquía social basada en el género en Yorubalandia, una región de África occidental ocupada por los yorubás, ubicada principalmente en el territorio actual de Nigeria.

Más allá de eso, la autora afirma que la idea de “mujer” como un grupo que comparte los mismos intereses, deseos o posiciones no existía en aquella sociedad.

La investigación de Oyewùmí, un hito en los estudios de género, se publicó por primera vez en 1997 en los Estados Unidos. Con su llegada a los lectores brasileños en abril, a través de la editora Bazar do Tempo, la socióloga conversó con Ecoa1 sobre la organización social yoruba, la crítica al feminismo occidental y la posibilidad de categorías de género más fluidas.

Ecoa: ¿Qué significaba ser mujer en la sociedad Yorubá pre-colonización?

Oyewùmí: Mi argumento en La invención de la mujeres es que las categorías que son usadas en las sociedades contemporáneas o modernas no son las mismas que usaba antes la sociedad Yoruba y muchas sociedades africanas, y que, inclusive en los momentos actuales, estas categorías deben ser cuestionadas.

Esto aún hace parte de la vida cotidiana yorubá: muchas de nuestras categorías no están vinculadas al género, lo que significa que se aplican a hombres, mujeres, a todos. Entonces la pregunta para mí ha sido: ¿qué queremos decir con la categoría mujer? Y esta pregunta permanece, porque si tenemos una percepción afrocentrada, basada en la cultura Yorubá y de cara al mundo, ¿qué significan estas categorías?

Cuando decimos “precolonización”, la gente piensa que fue hace mucho tiempo. Pero cuando era niña, escuchaba a la gente llamar a mi madre “esposa”, “esposo”, “Aboru” a mi hermano menor y “Egbon” a mi hermano mayor. En esa época, para mí no había nada confuso en eso.

Las categorías varían según quién esté hablando y la relación entre las personas, o sea, dependiendo de la situación. Estas cosas todavía suceden. Por ejemplo, la esposa de mi hermano también me llama esposo. La traducción de la categoría yorubá “oko” para marido puede ser incorrecta. Porque el marido en inglés tiene que ser un hombre, alguien que tenga pene. Pero en yorubá es una categoría social, esa es la clave. No es una categoría biológica o de género. Por tanto, las mujeres que se casan con miembros de la familia, tratan a todos los miembros de la familia, ya sean hombres o mujeres, como maridos …

¿Hombres y mujeres tenían roles diferentes, ligados a su género?

No había ninguna ocupación, ningún papel social que tanto los anamachos como las anafemeas [términos creados por la autora del libro para marcar la diferencia respecto a los significados asociados a las palabras mujer y hombre en las sociedades occidentales] no pudieran desempeñar.

En la literatura sobre género, que es occidental, se asume que la maternidad es un rol de género. Pero en la sociedad Yorubá, como en otros lugares, las mujeres tienen bebés y esto no implica normas diferenciadas para lo masculino y lo femenino.

La diferencia entre la sociedad yorubá y occidente es la forma en que se entiende el cuerpo. En Occidente, el cuerpo es fundamental para las categorías sociales. Por eso hay racismo y sexismo. En la sociedad yorubá, el cuerpo no está en el centro de la categorización social.

Entonces no existían esas reglas, había mujeres “oba”, monarcas, mujeres sacerdotes, mujeres cazadoras. Lo más importante sobre la sociedad yorubá y muchas otras sociedades africanas –y estamos viendo que eso está cambiando ahora–, es que nuestras categorías sociales se basan en lo común, lo colectivo. Tu familia, tu linaje es más importante que el hecho de si eres hombre o mujer.

Entonces, si la caza es la vocación de su familia, usted, como mujer de esa familia, tiene acceso y oportunidad de ser cazadora mucho antes que un hombre de una familia que no es de cazadores. Tenemos que comprender el contexto más amplio y las reglas de la comunidad para comprender cómo los africanos imaginan el mundo: siempre se trata de lo colectivo.

¿Cómo describiría las relaciones de género en la Nigeria de hoy?

La gente todavía usa estas categorías en la vida cotidiana de los yorubá en ciertas partes de Nigeria. Sin embargo, en un estado colonial de supremacía blanca de dominación masculina en la época del neoliberalismo, en el que el capitalismo está tan arraigado, estas son las grandes fuerzas que están moldeando las formas en que las personas viven.

Una de las principales formas en que la colonización ha impactado realmente a la familia es la división sexual del trabajo. Entre las élites, los hombres fueron privilegiados con puestos de trabajo e inicialmente, las mujeres no recibieron trabajos formales ni cargos públicos.

Lo que veo sobre el impacto de la colonización es la forma en que el capitalismo colonial tomó los recursos de la sociedad; es evidente que los colonizadores tomaron su propia cantidad de recursos y lo que quedó fue entregado a los hombres. Y las mujeres se quedaron sin recursos. Aun así, fueron ellas las que se quedaron con la mayor parte del trabajo, criar niños, comunidades, proveer.

¿Podemos hablar del feminismo africano?

Hoy en día, algunas personas se sienten más cómodas nombrándose como feministas africanas, pero lo que siempre se ha cuestionado es que, en el feminismo occidental las mujeres africanas están representadas de forma tergiversada. El racismo del feminismo occidental pone a las mujeres africanas por debajo de todos los demás.

Pero debe hacerse una distinción entre el sustantivo feminismo y el adjetivo feminista. El término feminismo generalmente se refiere a un movimiento social estadounidense y europeo históricamente reciente. El feminismo con esta designación se ha convertido en un proyecto político global, pero el adjetivo feminista tiene un alcance más amplio y no necesita estar limitado por la historia. De hecho, describe una variedad de comportamientos que indican la agencia femenina y la autodeterminación.

En muchas sociedades africanas tradicionales, una medida de autodeterminación era un valor, se practicaba como algo natural y como una forma de vida para todos los adultos, hombres y mujeres. En la década de 1980, Filomena Steady, una de las principales estudiosas de la mujer africana, llamó la atención sobre estos valores africanos al escribir sobre África como la cuna original de los principios feministas. En este sentido, entonces, el feminismo africano es una tautología, ¡porque el feminismo es África!

Pero está este otro feminismo, que es un proyecto global que emana de Occidente, de las mujeres occidentales, que piensan que tienen algo que distribuir al resto del mundo. Y así el feminismo se alinea con las nociones supremacistas blancas de la modernidad, en las que los colonizadores distribuyen los frutos de la modernidad al mundo. Y como siempre les digo a mis alumnos, ¿qué frutos trajeron ellos? ¿El genocidio?

¿Qué es lo que cree que ha cambiado en la academia y en el mundo desde la primera publicación de este libro, en 1997?

Siempre dije que las ideas del libro estaban muy por delante de su tiempo. No de las temporalidades yorubás, sino de la temporalidad académica occidental. Entonces, lo que veo ahora, con algunas de las discusiones sobre transgeneridad y género fluido, es una cierta apertura a la idea de que el género no debería ser tan rígido.

Pero mi comprensión de las ideas occidentales sobre el género es que siempre es binario. Entonces, sin binarismo, ¿sigue siendo género? Toda la definición de género surgió del binarismo. Sabemos que la biología y la naturaleza, lo que llaman de dimorfismo sexual, también es ideológico porque ahora conocemos la intersexualidad. Entonces, incluso decir que la idea del binarismo proviene de la biología es problemático.

Actualmente en los Estados Unidos, al menos en la academia, cuando la gente te escribe un correo electrónico o cuando los conoces, dicen sus pronombres preferidos. Pero en muchos de nuestros idiomas africanos, no hay pronombres generificados. Recuerdo haber ido a la última Conferencia de Estudios Africanos, antes del covid, y cuando nos registramos había un campo con “tu pronombre preferido”. Y un colega dijo: “Somos africanos. ¡Nunca tuvimos pronombres generificados!”

¿Qué le gustaría que los lectores brasileños aprendieran con su libro?

Siempre pienso en Brasil y Cuba –y estoy segura de que hay otros lugares en América del Sur– como un lugar donde los orixás encontraron un hogar. Espero, entonces, que mi libro ayude a expandir, a agregar más información y conocimiento a los brasileños sobre el origen de los orixás, sobre el contexto de donde vinieron. Y que en ese proceso entiendan el contexto nigeriano como uno no tan diferente del brasileño, y que debe haber un trabajo conjunto para alcanzar una noción holística y plena de nuestras culturas, de su dinamismo y el hecho de que son tradiciones vivas.


1 Ecoa es un canal digital brasileño, perteneciente a UOL, empresa brasileña de servicios digitales y tecnológicos.


Traducción: Yarlenis Mestre Malfrán.

Entrevista reproducida con autorización de la entrevistadora.

Enlace a la entrevista original en idioma portugués.


Foto: Breston Kenya

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