Foto: Rfs Studio

El Kilombo Negrocéntricxs es una colectiva de mujeres afrodescendientes de diversas nacionalidades que residen en Santiago de Chile, convergiendo desde la resistencia afrodiaspórica, el antirracismo, el activismo pro-migrante, el antifascismo y la decolonialidad. En cinco años de trayectoria hemos podido realizar diversas intervenciones educativas, culturales, emprendedoras, artísticas y políticas, siempre con el objetivo de promover la participación de las personas negras en los espacios comunitarios, territoriales e institucionales, e incentivando su autogestión económica, el desarrollo de estrategias críticas y propositivas contra el racismo y la xenofobia y, finalmente, la reflexión acerca de la identidad y la comunidad desde una postura decolonial y antirracista. 

En el año 2020 construimos un proyecto educativo llamado «Escuelita Antirracista» (EA), que planteaba la creación de un programa pedagógico enfocado en el pensamiento antirracista y decolonial, y que se llevaría a cabo de forma presencial en Santiago de Chile, dirigiéndose a una composición demográfica exclusivamente afrodescendiente. Este proyecto educativo contemplaba una arista investigativa paralela, que buscaba permitir una retroalimentación respecto al impacto, la implementación, las fortalezas y dificultades de su ejecución. Debido a que se planeaba iniciar las actividades en marzo de 2021, tuvimos que adaptar la programación a un formato virtual sincrónico, a propósito del estricto confinamiento que se instauró en Chile, lo que implicó diversos desafíos, pero también trajo posibilidades que no hubieran sido plausibles en una modalidad presencial. 

Considerando este contexto, el presente texto busca compartir algunas reflexiones y sugerencias metodológicas por parte de las realizadoras del proyecto, con especial foco en las potencialidades y obstáculos de su ejecución en modalidad virtual, para así socializar nuestros aprendizajes y apoyar a otras colectivas que deseen desarrollar proyectos similares. 

A continuación, exponemos algunos aspectos técnicos de la realización de la Escuelita Antirracista. Se construyó un programa que constaba de cinco módulos que en total reunían 13 clases (Anexo 1). La secuencia de los módulos tuvo en cuenta que la progresión de los contenidos y objetivos transitara desde lo histórico a lo contemporáneo, desde lo macropolítico a lo micropolítico y, finalmente, considerara una transición fluida desde lo teórico a lo práctico-vivencial. Cada módulo contaba con una coordinadora, quien tenía la responsabilidad de seleccionar a las talleristas, comunicarse con ellas, estipular los objetivos generales y específicos del módulo y cada una de sus clases, asistir a las clases y escribir un informe post-Escuelita para fines investigativos. Los módulos creados fueron: «Trata transatlántica, ruta de la afrodiáspora y su resistencia en Latinoamérica», «Violencia de género en corporalidades negras de América Latina», «Impacto del confinamiento en corporalidades negras», «Autocuidado y Resistencia», y «Herramientas para fortalecer el activismo». 

La Escuelita constaba de dos jornadas por semana, jueves a las 19:00 y sábados a las 11:00, una clase por día. Se optó por realizar las clases a través de la plataforma Google Meet, ya que es un software disponible en la mayoría de los teléfonos y puede utilizarse en navegadores de internet, lo que implica mayor accesibilidad. En total, la EA tuvo 30 estudiantes, en su mayoría, personas que se inscribieron a la convocatoria abierta difundida por redes sociales. No obstante, también se unieron integrantes del Kilombo Negrocéntricxs y algunas talleristas que asistieron a algunas clases. Vale mencionar que en la convocatoria se explicitaba que la Escuelita sería un espacio separatista racial, es decir, solo para personas negras; sin embargo, se optó por ampliar la convocatoria a personas marronas e indígenas que se habían inscrito. 

El razonamiento tras el separatismo racial del espacio era proveer instancias en las cuales las personas negras y marronas pudieran hablar abiertamente de su experiencia, sin la angustia de percibir una audiencia blanca. En este sentido, es menester comprender que, aun de forma inconsciente y no intencional, hemos observado que la presencia de personas blancas en un espacio afrocentrado puede coartar el diálogo, e incluso provocar una instancia centrada en justificar o «probar» las experiencias racistas, o también, de «educar» a la persona respecto a las experiencias negras, en vez de simplemente compartirlas. 

A modo de caracterización de les participantes, el rango etario oscilaba entre 16 y 40 años (media: 27 años). La mayoría (78%) se autodeclara como mujer, no obstante, 15% se identifica como travesti o no binarie, y el 7% restante como hombre. Respecto a los niveles de estudio, la mayoría de les participantes poseen educación universitaria, específicamente 46,2% completó ese nivel, mientras que 30,8% declara una educación universitaria incompleta. El 15% de les participantes restantes posee educación escolar básica o media (secundaria) completa y 7,7% posee formación técnica completa. Esto implica que la mayoría de les participantes había tenido acceso a espacios universitarios, algo que quizás facilitó la incorporación a un ámbito educacional de este tipo. No obstante, este hecho también muestra la necesidad de crear ámbitos pedagógicos con un mayor alcance para las personas negras que no han tenido acceso a espacios educacionales formales. 

A continuación, abordamos la percepción e impacto que tuvo la EA para les participantes, a partir de la información resultante de la aplicación de encuestas pre y post Escuelita. En la encuesta pre, se consultó a les participantes por sus expectativas respecto al proceso. El análisis discursivo de sus respuestas indica dos grandes vertientes. Por un lado, el deseo de aprender, reflexionar y profundizar el pensamiento crítico antirracista, y por otro, el anhelo por un espacio seguro de encuentro con la comunidad, de contención mutua, y que permita la discusión de experiencias personales de racismo y xenofobia sin la presencia de la mirada blanca. En relación con los objetivos que les participantes se proponen, se percibe la búsqueda de poder construir un discurso colectivo e informado respecto al antirracismo, en conjunto con la realización de acciones antirracistas colectivas, principalmente frente al clima político neofascista que se experimenta en sus diversos territorios, en completa resonancia con los objetivos pedagógicos del programa propuesto.

Luego de finalizada la Escuelita se solicitó a les participantes que completaran una encuesta, lo cual les permitió comunicar sus apreciaciones y sugerencias respecto al proyecto. En relación con los contenidos que fueron más significativos para elles, se destacaron las clases del primer módulo, que abordan la historicidad de las sociedades africanas precoloniales, el proceso de la trata transatlántica y los diversos aportes culturales y formas de resistencia desarrolladas por la comunidad afrodiaspórica en América. También se percibe una gran valoración de las clases de expresión emocional, identidad y espacios seguros, que pertenecen al módulo de «Autocuidado y Resistencia». Otros temas altamente valorados fueron la espiritualidad en relación con la ancestralidad, corporalidad en la intersección de género, raza y sexualidad, las prácticas micropolíticas y el análisis crítico de las formas de activismo antirracista.

Se les consultó sobre la aplicabilidad de los contenidos, indagando entre les participantes si los contenidos discutidos tenían relevancia en su vida cotidiana, frente a lo cual se obtuvo una respuesta mayoritariamente positiva, refiriendo que los temas vistos no solo tuvieron un impacto teórico, sino también, en términos de la reafirmación identitaria de la negritud en su sentido socio-político, histórico y comunitario. Mencionaron, por ejemplo, que la Escuelita les permitió conectar con afectos y memorias reprimidas de su vivencia, y pasar del sentimiento de vergüenza al orgullo respecto a su negritud, a través de la resignificación colectiva de dichas experiencias, rescatando el sentido de resistencia, orgullo y manitud negra. 

Por otro lado, respecto a las sugerencias de implementación, lo que más se repitió fue la posibilidad de replicar la Escuelita de forma presencial, algo indicativo de lo que se pierde en instancias virtuales con respecto a la cercanía y el contacto humano. Otra sugerencia fue que hubiera mayor consistencia y precisión respecto a la extensión de las clases, ya que fueron de duración variable, en un rango entre una y dos horas. En esa misma línea, une de les participantes sugirió que el programa fuera menos extenso y que solo implicara una jornada por semana, a fin de hacerlo más compatible para quienes tienen mayor carga horaria laboral y/o educacional. Respecto a la conclusión del curso, se refirieron al deseo de que hubiese una instancia final de resumir y revisar el recorrido, con la finalidad de asentar lo aprendido de una forma más secuencial y ordenada. 

En lo que sigue, reflexionamos respecto a los aspectos digitales del proyecto, las posibilidades que abrieron y los obstáculos. Por un lado, la virtualidad del curso permitió una convocatoria transfronteriza, que enriqueció sustancialmente la discusión respecto a los matices y particularidades del racismo en los diversos territorios de origen y de residencia actual –Chile, Ecuador, Venezuela, Alemania, México, Brasil y Colombia–, comparando estrategias de lucha y acuerpamiento territorial. 

Las herramientas digitales también permitieron la aplicación de otras metodologías pedagógicas, tales como nubes conceptuales y mapas conceptuales colaborativos. Asimismo, el uso de plataformas como Whatsapp para la creación del grupo de comunicación entre participantes, talleristas y coordinadoras probó ser una forma sencilla de coordinar las clases, avisar imprevistos, compartir material, etc. Incluso, luego de concluida la Escuelita, la existencia de este grupo de chat ha permitido la difusión de instancias, materiales e información relacionados con las temáticas discutidas. 

En esa misma línea, el uso de Instagram como plataforma de difusión y convocatoria a esta y otras instancias, también ha significado un mayor alcance con bajo costo económico. No obstante, a modo general, como colectiva hemos sido testigos de lo agotador que es sostener un perfil de Instagram que produzca contenido al ritmo que el algoritmo demanda para mantener visibilidad, por lo que, ante la precarización de tiempos y recursos materiales, se ha optado intermitentemente por tener la página en un estado más inactivo, en aras de cuidar a las integrantes y activar de forma más sustentable en el tiempo. 

Respecto a las reflexiones y sugerencias para una mejor implementación del proyecto, se apunta, en primer lugar, a la necesidad de realizar capacitaciones sobre las plataformas digitales que se utilizarán, por más «comunes» o «intuitivas» que parezcan, para evitar asumir los niveles de alfabetización digital de participantes, coordinadoras y talleristas, y construir procesos más equitativos y accesibles para la comunidad. 

En segundo lugar, es crucial mantener la pregunta de cómo llegar de forma efectiva a las personas de la comunidad negra que no tienen acceso a las herramientas digitales o que no poseen alfabetización digital. Lo anterior es indicativo de que, a pesar del avance de las tecnologías, no se debe nunca abandonar la arista territorial del activismo antirracista, principalmente considerando las brechas socioeconómicas a las que hemos estado sometides históricamente. En resonancia con esto último, y como se mencionó anteriormente, les participantes enfatizan el deseo de replicar una Escuelita en formato presencial, lo que resalta la importancia del acuerpamiento y la presencialidad en la (re)construcción de un tejido social que se ve severamente afectado por la virtualización de la vida.

A modo de conclusión, abordamos algunas reflexiones generales respecto a la ejecución de la Escuelita Antirracista. De forma general, entendemos que este espacio educativo, en modalidad virtual o presencial, se ve profundamente enrriquecido por el separatismo racial, dado que este proveyó las condiciones necesarias para que les participantes pudieran hablar de sus experiencias personales de racismo, xenofobia y discriminación, creando terreno fértil para vincular lo teórico a lo práctico-vivencial. 

Por otra parte, es menester reiterar la importancia de poder complementar las posibilidades del mundo digital con un trabajo constante a nivel territorial, para así no perder de vista a las personas negras que viven en condiciones de mayor precariedad y falta de acceso a las tecnologías, mediadas por los recursos materiales, la ruralidad y otros factores socioeconómicos. 

Finalmente, es importante pensar los espacios pedagógicos de una forma accesible y aplicable a la cotidianidad, integrando lo teórico con lo psico-emocional, y con una contemplación radical de les estudiantes como co-constructores del espacio, considerando sus sugerencias, opiniones y proveyendo instancias de acogida a su subjetividad y bienestar. 

Anexo 1: Desglose del programa Escuelita Antirracista (confección propia). 

MÓDULOCLASESOBJETIVOS
Trata transatlántica, ruta de la afrodiáspora y su resistencia en LatinoaméricaTrata transatlántica: Duración, rutas, orígenes y destinos.Ubicar los contextos históricos del pueblo afrikano previos y paralelos a la trata transatlántica.
¿Qué dejaron nuestros ancestros en los destinos afrodiaspóricos?Dimensionar la herencia ancestral presente en las culturas afrodescendientes en la América Latina actual.
Resistencias comunitarias post-trata: Camino de emancipación hacia la libertad.Ejemplificar la resistencia comunitaria afrodiaspórica histórica y contemporánea, y comprender su importancia.
Violencia de género en corporalidades negras de América LatinaSexualización de las corporalidades negras y feminismo decolonial: el género y la raza.Descubrir y explorar los procesos de hipersexualización de las cuerpas negras, a través de algunos conceptos del feminismo negro y decolonial.
Violencia de género en territorios negros.Mostrar cómo el colonialismo forja la imposición de los roles de género en el territorio.
Violencia política en la población negra y resistencia frente a los estados policíacos.Examinar casos emblemáticos de violencia policiaca que marcan el territorio y explorar movimientos artísticos y políticos que protestan dicha violencia.
Impacto del confinamiento en corporalidades negras.Cuerpo, territorio y encierro.Explorar las relaciones que existen entre nosotres, nuestras cuerpas y nuestros territorios, y cómo estas son alteradas por el encierro.
Autocuidado y Resistencia Estereotipos en corporalidades afrodescendientes.Identificar la influencia de los estereotipos sobre las comunidades afrodescendientes en la construcción de identidad.
Espacios seguros.Definir lo que es un espacio seguro y determinar si se concibe de forma viable.
Expresión artística y corporal como herramienta para el autocuidado.Describir e identificar las emociones a través de la expresión corporal como herramienta para el autocuidado.
Herramientas para fortalecer el activismo Temor a la militancia. ¿Por qué duele militar/activar?Profundizar sobre los motivos que impiden la militancia, como, por ejemplo, colorismo, academicismo, miedo a la persecución y síndrome del impostor.
¿Cómo detectar la cooptación por parte del sistema?Detectar los mecanismos a través de los cuales el sistema debilita desde adentro a los movimientos antirracistas.
Prácticas micropolíticas: ¿Qué son y cómo ayudan a la militancia?Definir y ejemplificar las prácticas micropolíticas y su rol en la politización de lo cotidiano.

Foto: Rfs Studio. Tomada de Pexels.

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Written by

Ana Carolina Amaral y Helena Cordero

Helena Cordero: Licenciada en Psicología Universidad de Guadalajara. Gestora, creadora y coorganizadora de proyectos antirracistas. Integrante de Kilombo Negrocentricxs.
Ana Carolina Amaral: Psicología Clínica, Mención Psicoanálisis
Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile (USACH).
Integrante del Kilombo Negrocentricxs