Nota Editorial 

Afrocubanas. La Revista No. 2

“Que nada nos sujete, que nada nos defina, que la libertad sea nuestra propia sustancia.”

Estas palabras fueron dichas por Simone de Beauvoir en algún texto que ahora mismo no viene a la memoria. Hay importantes lecciones en esta idea de libertad. Una de ellas es la posibilidad de definirla en nuestros propios términos. No obstante, sabemos que los ideales de felicidad que nos venden procuran dejar ilesas las jerarquías sociales, dejando así también el menor espacio posible a nuestra libertad.

Esta edición de Afrocubanas. La Revista trata precisamente de los desafíos para construir caminos de emancipación personal y colectiva. Winnie Bueno, autora que abre este número, cuestiona las opresiones impuestas por la monogamia y la heterosexualidad compulsoria a las mujeres negras. Propone así otras relaciones afectivas que impliquen vivir el amor fuera de las gramáticas impuestas por la ideología burguesa occidental y heterocentrada.

De la mano de Mel Herrera somos provocades a pensar el modo en que determinados cuerpos son cercenados en su posibilidad de existir, apelando a políticas de miedo que construyen a las corporalidades negras como amenazantes, feas, cuerpos que deberían ser rechazados. ¿De qué están hechos los ojos que observan fealdad en presencia de los cuerpos negros? Como bien diría Paul B. Preciado en su libro Manifiesto contrasexual, el cuerpo es un texto; un texto que muchas veces se lee por medio de lentes racistas –agregamos nosotras.  

El problema no está en la “raza” negra. De lo que se trata es de descolonizar la perspectiva de quien mira. Esa es justamente la provocación que trae el texto de Yonier Orozco, quien revisita los discursos canónicos de las “ciencias exactas” para proponernos una biología antirracista que, al trabajar con “lo vivo”, se interrogue e interpele a los procesos racistas de exterminio de personas, territorios, saberes.

Sobre el exterminio de vidas no humanas en nombre de la excepcionalidad con que nosotres, humanos, nos colocamos frente a otras especies vivas, nos habla Sandra Abd´Allah-Álvarez Ramírez. Las decisiones en torno a cómo nos alimentamos están atravesadas también por lógicas de clase que es preciso observar de forma crítica. Al final, ¿quién es la alteridad, humana y no humana, que importa? ¿De dónde vienen los criterios con los que juzgamos cuáles existencias son más o menos válidas?

Es preciso una genealogía del racismo que nos permita ubicar su fundación en los procesos de colonización. En esta tarea genealógica nos auxilia Ulises Padrón, quien desmonta la narrativa de “amor romántico” salvacionista con que siempre nos presentaron a Cristóbal Colón, para mostrarnos que ya no nos creemos ese cuento.

Para finalizar, el poema de Alina Herrera es casi un eco de la voz de Gloria Anzaldúa cuando dijo “no me deis vuestros dogmas y vuestras leyes.
Quiero la libertad de poder tallar y cincelar mi propio rostro
[1]. Que el empeño en esculpir nuestra propia libertad se encienda, se avive y se multiplique mientras ustedes recorren este número de Afrocubanas. La Revista.

Equipo de Redacción

Planeta Tierra

Noviembre, 2020


En este número aparecen los siguientes artículos:

¿Por qué yo, una mujer negra, comencé a considerar la posibilidad de relacionarme de forma abierta? por Winnie Bueno.

Tienes el negro cerca por Mel Herrera.

El privilegio es poder escoger qué comer por Sandra Abd´Allah-Álvarez Ramírez.

Como decir… libre por Alina Herrera Fuentes.

Educación antirracista y enseñanza de la biología. ¿Se puede? por Yonier Alexander Orozco Marin.

 Con Colón también llegó el dolor por Ulises Padrón Suárez.


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[1] Anzaldúa, Gloria. “Los movimientos de rebeldía y las culturas que traicionan”. In: hooks, bell; Brah, Avtar; Sandoval Chela; Anzaldúa, Gloria (org.). Otras inapropiables: Feminismos desde las fronteras. Madrid: Traficantes de Sueños, 2004, pp. 71-81.

Foto: Wherbson Rodrigues

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