Un hecho sin precedentes ha llamado la atención de muchas personas en Cuba, especialmente las religiosas: por primera vez en la historia de la nación aparece una Letra del Año firmada por mujeres —Sacerdotisas de Ifá (Iyá Oní Ifá) del Oriente del archipiélago, fundamentalmente de Holguín—, quienes, según ellas mismas relatan:
“manipularon el oráculo de Olófin, (Òòdúa), por primera vez en la Historia de la Diáspora, para sacar la Letra del Año para Cuba y el mundo, bajo el derecho que les concede Òlódùmarè y la Constitución de la República de Cuba”.
Como era de esperar, el albotoro ha sido mayúsculo… y también las ofensas. Les han dicho desde ignorantes hasta delincuentes, pasando por locas. Violencia religiosa, amenazas y acoso —he leído llamados a que les hagan “algo”—, han primado en los comentarios. Si en Cuba tuviéramos una ley integral contra la violencia de género podrían realizarse algunas denuncias.
Muy pocas personas se han concentrado en los argumentos religiosos, históricos, filosóficos, etc., para debatir. Aun personas eruditas no han dejado de violentar verbalmente a las Sacerdotisas, olvidando la más mínima educación formal y creyéndose portadores de la verdad. Claro, instrucción y civismo no son siempre sinónimos. Tales oprobios no solo han salido de hombres sino también de mujeres. Todas son personas religiosas. Lamentable.
Existe una contradicción entre abrazar una fe y violentar a quienes supuestamente no siguen nuestras prácticas. Y mucho más: entre intentar mantener intacto un culto que se nutre esencialmente de la propia vida, y aceptar que la sociedad cambia, como también los precios y la calidad de las iniciaciones, por ejemplo. Al mismo tiempo, ha sido interesante ver el apoyo de no pocos Babalawos a lo que han hecho estas mujeres. Yo lo tomo como una señal que puede ser leída más allá de la propia religión.
Llevo varios años siguiendo las Letras del Año. Por mucho tiempo fueron oficialmente dos, hasta que hace cinco años se unificaron: la de la Sociedad Cultural Yoruba (recordemos que es una institución creada “artificialmente”, que intenta regular algo como la práctica de la fe, o sea el “mayoral”) con la de la Comisión de la Letra del Año “Miguel Febles Padrón”. Esa unificación tuvo lugar el 20 de junio de 2015. Antes siempre existieron fricciones entre los seguidores de una y otra vertiente.
Tampoco es la primera vez que existe más de una Letra. En Google se podrá confirmar que en Miami, en España, y en algunos otros país de Latinoamérica se obtienen cada año versiones, a veces bien diferentes, en otras más cercanas, de la Letra del Año. Del mismo modo, se podrán hallar en la red múltiples interpretaciones personales de practicantes.
El debate sobre los roles y poderes de las mujeres en la Regla de Ocha-Ifá no es nuevo. Algunes recordarán los episodios acontecidos cuando se supo que Víctor Betancourt había iniciado a varias mujeres. Lo quisieron colgar. Así de simple. Corrían los primeros años del siglo XXI, aunque la polémica proviene de finales de los 80, según el propio Betancourt. Lo llamativo es la presencia de la violencia por encima del debate. Betancourt da cuenta de ello en la entrevista que le hiciera el historiador Abel Sierra, hace unos años, y que apareció publicada recientemente en Hypermedia Magazine.
Por su parte, la Asociación Yoruba de Cuba en varios momentos ha deslegitimado públicamente, en su página de Facebook, la corriente que abrazan las Iyá Oní Ifá. En una de esas oportunidades, en octubre del 2020, ellas respondieron:
“Es vergonzoso que a la altura de 20 años aún la presidencia, la junta directiva y los diferentes consejos que integran esa asociación sigan tan ignorantes en un tema como este. Segun ellos ‘no es un tema de discriminacion de género’ pero aunque ese no sea el tema principal sin dudas que también está presente en esta guerrita que durante tantos años tienen contra las iyaonifas. Aunque hay muchísima bibliografía y estudios teológicos sobre el tema, y que están bien fundamentados, es lamentable que una posicion así aún persista. Sería bueno preguntarle a dicha asociación qué harían hoy en día si estuvieran vivas mujeres como Rosalía Núñez, Ma Tomasa, Ma Monserrate, Latuan o Fermina Gómez, quienes son referentes incuestionables de nuestra religión y que pertenecen a la historia de este país”.
…
“Una organizacion que debería unir y crear fraternidad entre sus miembros vuelve a sembrar desunión porque hay que recalcar que la gran mayoría de los y las tradicionalistas de este país pertenecemos a dicha asociación. Esa que hoy nos llama profanadores y otro tipo de injurias. Ya que según ellos no somos reconocidas sería válido preguntarle a la Asociación si nos mantendrá en su seno o nos expulsarán. Dicho sea de paso, no nos interesa reconocimiento alguno, porque existimos y seguiremos existiendo y defendiendo aquello a lo que fuimos llamadas el día de nuestra consagración”.
Tomado de https://bit.ly/3oknCzv
A las Iyá Oní Ifá, en estos cinco primeros días del 2021, se les ha acusado de todo el descalabre que ahora marca a la Regla de Ocha-Ifá, de lo cual las personas religiosas podemos dar testimonio. Injusto. La mercantilización, el turismo religioso, la banalización, el sacrificio de animales en plena calle y, como consecuencia, el desprestigio de la religión es muy anterior a lo que ahora está sucediendo.
Por su parte, las Iyá Oní Ifá han sido aún más sabias al responder a la confrontación con serenidad y sapiencia. La mención que hacen de la Constitución de la República me habla de su civilidad, del manejo que tienen de las leyes, de la historia de la nación y de la religión. Me imagino que tantos años de descrédito y amenazas las han hecho “afinar las espuelas”. El conocimiento es una buena vía para ello.
Según consta en su página de Facebook:
“En nuestro país las primeras iyaonifás consagradas fueron María Cuesta Conde, Iyaonifá Ifá-Siná, y Nidia Aguila de León, Iyaonifá Ifá-Biola. Luego vino Alba Marina Portales, Iyaonifá Ifá-Yení, ciudadana de nuestra hermana Venezuela. Entre el 2004 y 2009 estas ceremonias convulsionaron al país y provocaron sentencias, no entendimientos en el seno familiar, social y religioso que aún persisten en nuestros días, sin el apoyo de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y su Consejo de Mayores. No obstante, las #iyaonifás existen en todo el país. Hicieron historia y hacen historia porque ya somos parte de la historia de un país libre, sin esclavitud, sin maltrato, sin mayorales”.
Texto firmado por Dulce María Rodríguez, Iyaonifá Ifá-Iránlówó.
Además, ellas han sido tan valientes que les han hablado especialmente a sus detractores, o sea, a los Babalawos que las denostan, mostrando que saben que se trata básicamente de una cuestión de poder:
“Muchas hemos aprendido desde muy jóvenes que todo lo que se haga religiosamente, debes de darle cuenta a tus Eegún y tus Òrìşà. Sea a través del Coco, del Dilògún o de Ifá. Ahora, han surgido algunos defensores de la religión que, tal parece que se han convertido en Òrìşà vivientes, porque exigen que les demos coco a ellos, dándoles cuenta de lo que hacemos y de lo que hemos hecho, y de lo que seguiremos haciendo. Por cientos de años no ha existido un religioso, ni existirá, que lesione a la religión por sus métodos rituales individuales. Es absurdo pensarlo. La religión se defiende sola. Puede que con un mal método ritual destruya a sus ahijados o se destruya a sí mismo, pero la religión no muere, no se destruye, no se lesiona, es omnipotente. Creo que lo saben. Quizás no están tratando de defenderla, sino de defender el espacio que han perdido y el que perderán. Dice Òtura méjì: ‘Òlódùmarè nunca se enferma ni está triste, jamás oiremos de la muerte de Òlódùmarè, a menos que los mentirosos mientan’”.
Fragmento de la Letra del Año de las Iyá Oní Ifá cubanas.
Rotundo mensaje, ¡¿cierto?! Esperanzador, por demás.
Como religiosa tengo que resaltar que la Letra del Año de las Sacerdotisas es “bella”. Con ello quiero decir que es legible, práctica, coherente con lo que se va viviendo, pues hace recomendaciones precisas a las diferentes instancias: personas, comunidades, gobierno. A mí al menos me sirve. Cada quien tendrá que elegir cuál seguir. Siempre ha sido así. La Regla de Ocha-Ifá es polisémica.
Descargar la Letra del Año de las Sacerdotisas Iyá Oní Ifá.
Foto tomada de Egbé Fermina Gómez ati Eşu Dina.
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