En este río de lágrimas lavo los recuerdos
de rebeldía antisistémica de lxs hijxs,
hermanxs, madres y amantes que vi morir y
partir…
En este río triste, parí seres que cortaron
mi garganta, curé manos que violentaron
mi paso, cobijé seres que quemaron y
desterraron mi gloria.
En este río, en el que me detengo a
descansar mis pies ensangrentados para
poder ver pasar el hambre, el cáncer,
la ira que hila un accidente cerebro-vascular,
la ira que cortó de raíz varias cabezas
de esta pandemia patriarcal que muta
constantemente.
En este río de muchas lágrimas me reflejo,
examino mi cuerpa hermosa, cansada,
herida, victoriosa, la veo ausente de miedo,
con protección de sal ancestral.
Con tantos trucos de reinversión bajo la piel, con tantos
elogios por recibir.
He muerto tantas veces y aún regreso
siendo la lírica cortante que daña tus
oídos adoctrinados a escuchar la métrica
académica caduca, he muerto tantas veces,
que Fénix es solo un ebbo poético a mis muchas vidas,
un leve barniz a mi coraza.
¿Ahora, realmente crees que me puedes hacer más daño?
Foto cortesía de Afibola Sifunola.