Dinah Ashanti Orozco

Ahí viene bajando la diosa espléndida,
-la comadrona de los partos campesinos-
en su carroza de frutabomba.

Viene caminando como un pavorreal
con su vestido de helechos.
Abanica sus plumas en un resonar de pulseras.
Sus anchas caderas se trenzan
en la tinaja sensual de los ríos.

Virgen negra, trae un aroma a mango maduro
en su piel de ébano.

¡Oshún Yalodde!
Santa rumbera de las aguas tibias.
Vino a bendecirme con su sonrisa de canario.

En este toque de güiro bailan con ella
los silbidos de las abejas,
el chaleco anaranjado de la codorniz,
el cacareo guajiro de las gallinas.

A lo lejos, un chivo se estremece
en la hamaca de la yerba niña.

Le pido permiso a mi Madre,
tomo asiento en su canoa
y navego en la proa de su isla.
Le ofrendo un panal de miel
y una paloma jíbara frente de su altar.

No hay eternidad más bella que la de su aleteo.

Yo le ruego que deposite sus semillas en mi útero,

con su hoguera de girasol
fecunde mi sortilegio.

“Santa Rumbera”, Las semillas del Muntú, Nueva York Poetry Press LLC, Nueva York 2019.

Foto tomada de Internet.

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