La cabeza en yorubá se nombra Orí. Es la sede de la conciencia y su función es pensar y ordenar los movimientos, acciones y las funciones vitales al cuerpo (ará); contener nuestro poder interior y destino. Además de ser la residencia principal de los centros nerviosos, esta parte superior del cuerpo semióticamente está ligada al intelecto, el talento, el juicio. Usar la cabeza es actuar con estrategia para lograr un propósito determinado.
Orí es una creación de Obatalá, el orisha alfarero del universo, divinidad de la pureza y de la creación, de la justicia, la paz, protectora de los seres deformes; representante de Olodumare (el Supremo) en la Tierra. Obatalá y Orí están al centro de las profecías de las dos Letra del Año 2022 en Cuba: la de la oficialista Asociación Cultural Yoruba de Cuba con el odu de Ifá Baba Eyiogbe y la de la Comisión Organizadora Miguel Febles Padrón, conocida como la de la casona de Diez de Octubre con el odu de Ifá Ogbe Wale; ambas instituciones divididas y en disputa por la legítima celebración de este ceremonial colectivo.
La regencia del conocido Orisha de la Tela Blanca resulta esperanzadora para la comunidad religiosa santera después de ya casi dos años de pandemia de covid 19 más la aparición de nuevas variantes, agudización económica y conflictos políticos-sociales en la Isla. Es por esta razón que me referiré aquí a algunos aspectos que marcan la agenda pública y la cotidianidad cubanas aparecidos en ambas Letras.
La cabeza lleva el cuerpo y un solo rey gobierna un pueblo y Rey muerto rey puesto, son dos de los refranes del odu de Ifá Baba Eyiogbe regente del 2022, según los vaticinios de la Letra del Año de la Institución Religiosa Asociación Yoruba de Cuba, que apuntan clara y críticamente a la figura del líder. Este análisis gravita en la subjetividad de las interpretaciones diversas a que estaría sujeta la Letra, porque la propia institución en su documento de dos hojas no aterriza ni contextualiza el mensaje de una manera directa, por lo que carece de la densidad interpretativa que el propio Ifá requiere en el ejercicio de la adivinación, y esto es cuestionado por la comunidad religiosa. De manera similar ocurre con otros temas relacionados: establecimiento de acuerdos favorables sobre políticas migratorias para evitar pérdidas de vidas humanas, fortalecimiento del trabajo educativo y social para reducir los hábitos del tabaquismo y alcoholismo en la población, y cuidado y fomento de los programas de protección materno-infantil. No olvidar que se están profetizando los acontecimientos religiosos, políticos y sociales más importantes que marcarán el destino anual de una nación, por lo que el mensaje debe ser claro, objetivo y específico.
Su oración profética reza “Un bien de salud firme al pie de Oduduwa”, en medio del incremento pandémico y el desabastecimiento y precarización de los servicios sanitarios. Para el babalawo o sacerdote de Ifá Dr. Enrique Pérez Rubio, la distancia interpretativa entre Eyiogbe y el odu Ogbe Wale es menor, debido a que en ambos signos se pacta con la muerte a través de la propiciación a la tierra, por lo que la comida a la tierra será el mejor ebo para este año en Cuba. La oración profética de Ogbe Wale es: Osorbo Arun Kaffeti Leri (Enfermedad por mala conducta). Y agregó “No quiero ser pesimista, pero quien crea que en términos de salud estaremos mejor, a mi modo de ver es una terrible equivocación; en Ejiogbe, Ikú (La muerte) no solo reclamó su espacio sino también el de Arun (Enfermedad) y otros ayewos poderosos, por tanto, será de importancia vital cumplir con las medidas higiénico sanitarias necesarias y con los ebo correspondientes si queremos salir victoriosos de esta batalla por la vida”.
Por ética y profunda convicción religiosa, el Dr. Pérez Rubio considera necesario realizar una exégesis enfocada en los aspectos de la vida política cubana tratándose de Eyiogbe, un odu vinculado al liderazgo, la organización social y la gobernanza de grupos humanos. En su página personal de Facebook, en un texto posteado y titulado Mis modestas consideraciones sobre las letras del año 2022 para Cuba, agregó otras consideraciones del odu sobre la necesidad de líderes que piensen, analicen, viabilicen y faciliten buenas iniciativas para mejorar la calidad de vida del pueblo; de justicia clara y transparente a la hora de enjuiciar personas, no se pueden inventar causas penales ni falsos alegatos, ni mentir o manipular la justicia a favor de los que tienen el poder; evitar la naturalización del robo para comer, por lo que se debe resolver el problema de la alimentación para la supervivencia del país; establecer derechos de las consagraciones justas y no excesivas; un alto y un llamado de conciencia contra el sacrificio animal indiscriminado, mediante métodos alternativos, para preservar una convivencia armónica con el entorno; y recalcó la importancia de cumplir las medidas higiénico sanitarias necesarias y los ebo correspondientes, para salir victoriosos de la enfermedad y evitar la muerte.
Otro tema sensible es el matrimonio, vigente desde 1976 como la “unión entre un hombre y una mujer” en el Código de Familia cubano. La Asociación Yoruba a través de la interpretación del odu Babá Eyiogbe recomendó a los cubanos a “Respetar la institución del matrimonio” en un año en el que se someterá a consulta popular el nuevo Código de Familia, con propuestas de modificaciones a su regulación del matrimonio. ¿A qué matrimonio se refiere la institución religiosa? ¿Al igualitario? No creo. Su perfil conservador refuerza el discurso fundamentalista, homofóbico y heteronormativo de las iglesias protestantes cubanas que se oponen al matrimonio igualitario. Respetar la institución del matrimonio, heteronormado, es preservar la estructura de dominación del orden varonil binario, generador de imaginarios que reproducen relaciones de poder y de subordinación. La religión es un dispositivo que lo facilita, creando con ello tensiones en los espacios de interacción de las religiones afrocubanas a las que se han integrado y ganado prestigio social las otredades sexuales, de las que se demandan ya cuestionamientos críticos al respecto, y el ejercicio del verdadero respeto a la diversidad que recomienda el odu Ogbe Wale de la Casona de Diez de Octubre.
Los babalawos de La Casona también hacen un llamado al rescate de los valores éticos y morales de la sociedad, especialmente de la función educativa en la formación de los hijos; así como el respeto a las tradiciones heredadas de los ancestros, pendiente desde el año pasado con el odu regente IkaFun, en el que nacen los preceptos, normas, el código de ético de las religiones afrocubanas que debe ser cumplido, en teoría, por todos los religiosos. Estos son requerimientos urgentes en medio de un panorama religioso en franca decadencia por la mercantilización de bienes y servicios simbólicos, charlatanerismo; cuando se vive una santería líquida, como apuntara el babalosha Hermano José, que ha dejado escapar la sabiduría de los mayores tras sus muertes; la fortaleza, el respeto y los lazos que antes se establecían en las relaciones de parentesco religiosas, al interior de los linajes, las familias y las casas de santo. La humildad, el respeto, y la religiosidad, escurridizas, se están escapando como agua entre los dedos.
Foto de portada: Tomada de Comisión Organizadora Miguel Febles Padrón.
[…] ¿De qué nos previenen las dos letras del año 2022 en Cuba? por Adonis Sánchez Cervera. […]