Soy un hombre negro de 41 años que tiene sexo con otros hombres; cubano y migrante. No me identifico como gay —como cultura— pero sí le hago guiños a alguna de sus expresiones. Lo más que llego a pajarear, es trastocando mi género en ella, exclusivamente en conversaciones jocosas y entornos privados. “Parecer hombre”, o sea, ser cisgénero con apariencia hetero, fue mi tabla de salvación ante una sociedad cubana machista que te vigilaba todo el tiempo; desde el núcleo familiar, la escuela, la comunidad, hasta las prácticas religiosas más arraigadas. 

El imaginario de hipersexualización que subyuga o prestigia a las masculinidades negras en Cuba establece un correlato colonial inmanente entre la raza, la heterosexualidad y el tamaño de la PINGA. La PINGA te define como hombre, especialmente si eres negro; te prestigia, pero a la vez te despersonaliza. Para los demás, eres la cantidad de centímetros que tenga tu miembro y su capacidad de dureza y resistencia. Es lo primero que salta a la vista generalmente —además de las corporalidades jóvenes, atléticas y blancas—. Tener una PINGA grande es ventaja y/o desventaja. Casi toda la comunidad da por hecho que el rol que debes cumplir es activo, incluso siendo pasivo y ante los tipos más bugas, estos se pueden voltear para ser penetrados. PINGA es poder: larga, cabezona, flaca o gruesa. Esta visión falo céntrica es meridiana en el imaginario del sexo entre hombres: promiscuo, irresponsable, voyerista, salvaje, sadomasoquista, adicto al alcohol y las drogas. Si no hay un culo penetrado y una PINGA bien mamada, es como si no se hubiera hecho. 

Yo en Cuba nunca tuve mucha suerte con los hombres. No es que carezca, y mucho menos asunto que me preocupa, pero en las zonas de encuentros sexuales gay, estabas siempre en competencia, PINGA en ristre, para seducir, para someter, cumpliendo un ritual sexoerótico de insinuación explícita: acaricias la entrepierna; la acción de apretar el bulto que se marca en tu portañuela, alimenta la imaginación de quien observa; la erección lo sobredimensiona, estimula las papilas gustativas de quien se saborea, literalmente, viendo cómo tu mano remarca el miembro viril sobre la ropa, lo acaricia, lo estimula; el acercamiento se produce lento, es una angustia morbosa que entrecorta la respiración y tragas en seco; quien provoca, asiente para que el otro se acerque, lo toque, lo masturbe, o lo bese, o se froten, o salgan a buscar un lugar seguro para consumarlo. 

Lo aprendí cuando fui visitante asiduo en las zonas de encuentro gay al aire libre en Cuba, las casas de tía: playa El chivo con su fortaleza abandonada estilo colonial —cerca de La Cabaña y Braulio Coroneaux, justo frente al Hospital Naval—, playa La Concha —a un costado del Círculo Social Obrero Julio Antonio Mella—, el basurero de 100 y Boyeros, la potajera (frente a la Terminal de Ómnibus), las canchas de tennis de 26 (detrás del Hospital Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán), o algún que otro derrumbe. Allí compartíamos irremediablemente espacio con parafílicos, asaltantes, asesinos, prófugos de la justicia y huíamos de los policías hostigadores en sus patrullas —la yabó de la felpa azul, así le dicen todavía—, porque el precio del alquiler de habitaciones clandestino para homosexuales muchos no podíamos pagarlo y la única posibilidad para conocer hombres y poder singar, “matar jugada”, cuando se te calentaban las dos cabezas, era el sexo en la calle, peligroso y adictivo.

En México, la realidad no distaba tanto de la cubana: una sociedad racista y clasista fascinada por el salvajismo colonial del negro, de los considerados no humanos por los españoles. El imaginario viril del hombre cubano en México, además de la PINGA o VERGA, pasa por la explosividad sexual del cliché de Niurka Marcos y el negro del Whatsapp. Aprendiendo y adaptándome a otras formas culturales de practicar el sexo —yo siento que verga como vocablo se me queda chiquito y con disfunción eréctil a cuando gritas o das o quieres PINGA—, hallé diferentes expresiones: sexo guarro (puerco), coger a pelo (singar sin condón), 4 y 20 y dulces se refieren a las drogas —hay un alto consumo de Popper y cristal, pero yo ninguna de esas cosas me meto—, fajar que es frotar los cuerpos y más, que todavía voy descubriendo. Paradójicamente escuchaba a algunos amigos relatar sus historias de discriminación mientras yo, aquí, logré por primera vez salir a la calle tomado de la mano de un hombre y besarlo en público de la manera más natural posible, lo que en Cuba me hubiera costado el repudio público y hasta violencia física. Y encontré una comunidad gay agravada por el trauma pospandemia que, por lo menos por acá, ha dejado una práctica exacerbada de coger a toda costa como si el mundo se fuera a acabar. Bienvenido al país donde los hombres no se quieren comprometer realmente.

A tener sexo en la calle, en lugares públicos, aquí se le nombra cruissing, y dejó de ser una opción por la inseguridad. Mi poca afición a bares gays y show de travestismo me dejó como única opción las aplicaciones de ligue tan de moda: abrí perfil en Facebookparejas con la idea romántica de encontrar el amor —se vuelve en ocasiones una obsesión o una meta, quizás por la soledad latente del migrante— y descubrí que era una versión, otra fachada de Grindr, más directa, explícita, para encuentros sexuales. Perfil de Grindr: Pareja 38 años. Amigos. Gordibueno. Discreto. Sin dulces. Solo sexo. Condoms. Anime. Music. Pareja buscando un tercero para trío. Nosotros inter y activo. Gusto por los llenitos, peludos, barbones, buen rollo. Cero drogas, todos con (símbolo de globo que es el preservativo). Buena onda, cero problemas e intensos. No tenemos nudes. 

Usuario 1. 

(Su nickname es una flecha descendente, símbolo de su rol pasivo) 31 años. Flexible. Basquetbolista por convicción, Ariano por decisión. Por favor sé concreto y veamos si hay coincidencia. 201 lb. Latino. Hombre. Pasivo. Complexión física promedio. Tribes: pulcro, maduro, sobrio. Soltero. Chat, citas, amigos, contactos, este momento. Encuentro en tu casa, cafetería, restaurante.

—Hola buenas tardes! Gustas… (álbum de fotos bloqueado después de verlas).

Yo: ando trabajando

—Sin tema, sirve que me ducho. Ay wey, qué buen pito! Hazme un hijo! Qué tal… podrás venir (?) (me manda ubicación).

Usuario 2.

Antonio (símbolo de lluvia y biberón, significa que busca hacer sexo oral) 26 años. Calmo, besos, gordibueno, faje, geek, pezones, oral, bi, poliamoroso, anime. Solo oral. Me gusta conversar y el chisme. Sin lugar. De rodillas te llevo al cielo. Vamos a ser amigos. Anime, cine, videojuegos, juegos de mesa, dibujo, literatura, música. Médico y quiropráctico. Hombre cis. Inter. Soltero. 

—Cuándo me dejas lamerte el pito hasta dejarte seco?

Usuario 3.

Erick 25. Amigos. A pelo. Aventuroso. Sin circuncisión. 420 no a fuerza es para costar, también para una charla. Latino. Hombre.

—Hola. Buen día. Cómo le amaneció? Uff que rico le ha de oler. Lo tiene sudado? Me pondría de rodillas a lamer sus huevos sudados. Hasta dejaría que me orine si quiere. Lo haría? Como la traiga. 

Usuario 4.

Antonio 19 años. Barba. Oso. Curioso. Music. Tv. Manden tap, no puedo ver perfiles, piernas de alto impacto, te impresionarás al verlas. Quién me da tronco. Próximamente chica trans. Trátenme como a una dama. Safe todo. Caballerosos y respetuosos. Tengo muy caliente mi cuca. No-binarie, hombre-cis. Pasivo. Soltero. 

—Rómpeme la pelvis. Perdóname por escribirte eso. Es que a veces una anda bien caliente y lo único que quiere es tronco. 

Usuario 5.

(ícono de corona) del barril. A 1032 pies de distancia. Pura buena vibra. Safe sex. 4:20, heteros, curiosos, bi; gente limpia y sana; sesiones largas de sexo; 1 nudes 2 caras; me encantan los vatos, entre más machotes mejor! Quién jala a los pulkes? (sic). Inter pasivo.

—Hola (me envía un álbum de fotos, es el clásico chacal mexicano, hombre desgarbado, tatuada la mayor parte de su cuerpo, cabello a ras de la cabeza, de apariencia ruda, violenta). ¿Qué haciendo? (yo le respondo preparándome para dormir y tú). También. Calentándome un poco para usar mi dildo en un rato. Xdxd.

Abrirse un perfil en Grindr es bastante sencillo y rápido; con foto o sin foto de perfil, nicknames sugerentes como Vergoglio, stickers de berenjena como alusión a la verga erecta seguido del símbolo de fuego o con la bandera cubana. Y en las características: edad, origen étnico negro, complexión física grande (porque estoy gordo), rol inter activo, y algunas especificaciones: 0 drogas, 0 poppers, 0 alcohol. Me he abierto tantos perfiles que no recuerdo la cifra exacta. Lo abro, lo cierro, me aburro o me harto; develar tu nacionalidad en Grindr puede resultar divertido o asfixiante. Que según sexy. Estás pa que te desleche rico. A la orden. Pa que me des rico. // Hola. ¿cómo estás? Yo buscando vergas para mamar. // Busco mamar. Te la mamo. // Hola amigo. Oye la tienes grande? Jajajaja // Me preñas papi. Pues yo quiero que me cojas apelito. // Wow que rico chocolate. // Te latería que te la mame. // Soy del pueblo, como en Cuba. Mi vagina de hombre está abierta a todo público. // Cuándo la prestas. // Hola, aquí con ganas de verga. // Buenos días macho. ¿Cuándo estás disponible para que me metas tu seguramente rico pitote? Bienvenido al mercado de la carne. 

Portada: Ketut Subiyanto

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