Yo, que narro, dormía… 

Luego, saliendo del sueño Las siento en la sala recibiendo-La, quien —desesperada como siempre— implora “Papel de Carbón, Papel de Carbón Nuevo, negrito negrito”, URGENTE —Sió! Mi hijo está durmiendo —refiére-se a mí, Má, que no puede saber que yo estaba despertando, levantándome, yendo hacia la sala, poco a poco escuchando— “Porque va’ salir , ya salió del tanque, me avisaron tarde” —lamenta con desesperación, siempre es igual— “Y no-quiero-que-me-vea-las-canas” What!?, exclamo de un tirón donde Ellas. Estoy ya sin bostezar ni quitar de mis ojos las lagañas.

—¿Por qué no te teñiste antes? —se extraña mi Hermanita, mirándo-La fija-fija, casi con rencor —se extraña mi Hermanita, mirándo-La fija-fija, casi con rencor.

—¡Vas a manchar-Lo todo, y entonces, se dará cuenta! —asegura Má… con rencor.

—No importa: para cuando suceda, ya le habré puesto los ojos, virados, como los de una muñeca,

(Reímos. Porque es verdad: en intimidad es donde alcanzamos la verdadera pureza).

Print Friendly, PDF & Email